Los olvidados
Tiempos hermosos, donde había hermanos, parecíamos tal cual, invencibles en el curso de la historia. Melenas al viento, sublevando todo lo que nuestros sueños alcanzaban, hasta los ríos y los mares nos acompañaban derribando muros que nos parecían El día de antes inalcanzables. Más un día, Dejamos de mirar, no supimos atisbar los tañidos de nuestras desesperanzas, el ruido flagelante de los bustos parlantes que anunciaron nuestras muertes, que nos hicieron pensar que penar por los pesares de los olvidados de esta tierra desolada, ya no era nuestro destino. Nos olvidamos de aquellos que sonar hicieron las campanas de nuestras esperanzas, los gritos de la gente, que escribieron en montañas y ciudades, páginas de nuestra epopeya, van sonando todas la balas que arrinconar quisieron nuestra esperanza, fenecer quisieron a estos nefelibatas que soñar quisieron. Ya solo quedan gritos, miradas mutiladas, cuchillos que matando van nuestras esper