Tardecita de Madrid, camino a Fuencarral, los pies me llevan solos, por eso cierro mis ojos, tropiezo con la gente, que de compras va, yo voy camino de mi locura. Yo miro Madrid, como si no hubiera gente, es por eso que no lo veo triste, y por Callao, luna llena, y un bolero arrullándome. Y volaremos por las cornisas de Corredera, a lomos de pajaros sin destino, y acróbata quiero ser, para trepar por sabana y en una mano una poema, y en la otra una flor, para saltar sobre tu escote, y asi despertarte tus sentimientos. Y es que locos como yo, imaginaron el amor y un querubín dirigiendo su orquesta, nos divierte con sus baladas. Escala el requiebro de nuestra locura, y hacemos sonar los campanarios. y te pusiste pamela de alondras, que nos hace volar y abrirnos nuestros cuerpos cerrados, y loca tu, y loco yo, para vivir la magica locura, y gritar si: locos los dos, locos los dos y volar por la calles