Al calor de las noticias (treinta de diciembre del 2016)
Resuenan en el horizonte las campanas a muerte por este año, de este año que se despide con más pena, con más dolor, con ganas de decirle, ahí te quedas en la cuneta, maldito año bisiesto, en donde la impostura, el postureo, los grandes gestos suplantaron la razón, donde toda argumentación va pareciendo desatinos de locos, que son los que ahora se tendrán que poner a pedir mesura, y si al principio había ciertos trinos, todos ellos han sido debidamente sofocados, en la incapacidad manifiesta de todos los dirigente políticos, que pueblan los escaños del Congreso de los Diputados, no nos dejan más resquicio, que abandonemos nuestras esperanzas, que nos retiremos a nuestros cuarteles de invierno, y donde, incluso yo, esperaba que Rajoy se fuera, y ahí sigue, sepultándonos; donde la progresía biempensante hizo de la lucha contra el Brexit y Trump, toda una epopeya, y salieron vivamente escaldados, no hay peor cosa ver que una cera no arde, y seguir que esa cera arda, donde en estado de gu