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Mostrando entradas de diciembre 19, 2015

Un cuento en el día de reflexión

Venimos de una campaña donde la indecencia, la falta de vergüenza, la falta d ética ha sido tan palmaria, que va a pesar cual losa sobre todos nosotros, tanto en la próxima  legislatura, como en los próximas décadas, hemos bebido con gusto la cicuta, que nos terminará de hacer morir divinamente  y plácidamente, hemos sustituido con una elegancia exquisita las calles por las ondas cibernéticas y televisivas, ahora han conseguido que toda la percepción de la realidad, se hace a través de pantallas, así que ya las calles ni siquiera las vamos viendo, y con eso un Platón redivivo estaría orgulloso de su fabula Su mito de la caverna se ha hecho realidad, que diferencias vais encontrando con que aquellos seres, que observaban las sombras, las imágenes que había en su gruta, de las imágenes que nos llegan desde los televisores de todo lo que vemos a través de las pantallas de los objetos electrónicos. En  este nuevo cuadrilátero ofrecido como el culmen de la modernidad, pobres de aquello

Al calor de las noticias (diecinueve de diciembre del 2015)

Hoy es ese día que algunos llaman jornada de reflexión, donde yo voy a hacer algo así como pudiera ser mi domingo electoral, a la luz de mis impresiones electorales, tengo la sensación pesada, que todo el pescado esta vendido ya, mi solo deseo, mi único consuelo, de esta campaña indecente, como las de este año, es que si seremos capaces de llegar a la orilla, lo cual sería festejado convenientemente, tengo reservado una botella de las anteriores, por si tal acontecimiento se produjera, si no sucediera eso, ya saben cual es su destino, ser víctima en alguna celebración de los próximos días, así como también comenzaré a pulsar ,como por el centro de correos, la reacción a los resultados electorales. Como siempre hay algo que ha salido de la normalidad esta campaña, una es la agresión a Rajoy, la otra ha sido  la palabra indecente, que ha levantado ampollas en las filas conservadoras, revela hasta que punto la degradación de nuestro lenguaje es lastimeramente degradante, y claro si est