¡Viva la libertad!
Igual que el niño hace castillos y llenando con agua agujeros en la arena de la playa, yo con mirada le sigo, no se ya cómo cuidar su existencia. Desaparecer quiero las cicatrices que las banderas ocasionan, enterrar quiero esos pasados de dolor, pero enterrarlos no quieren, bordar deseo una bandera que plasme las sangres derramadas y las esperanzas talladas como flores. Tú, yo, vosotros, nosotros andamos cerrando los ojos ante tanta imagen infame, solo el consuelo de almas para sentir la bandera del dolor, la patria de las flores, harán que la redención vista sea en el alba, de un mañana por venir. Palabras desvariadas, con forma de poema, van llenando este folio vacío, cada letra, cada párrafo, un color, un ideal para pintar en blanco sobre tanta negrura. Estas palabras, estos gritos silenciosos, que hagan rimar Aristóteles con Rimbaud, A Marx con Miguel Hernández, A Maïakoovski con Ernst Bloch, A Simone Weil con Ne