Un Lugar al Sol

“Tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer" Walter Benjamn Elaboremos pensamientos que nos permitan estar alertas,¡ de tal manera que ( y no es orgullo vanidoso) conocer mejor el capitalismo que los propios capitalistas. Necesitamos conocer su cuerpo, su poderosa maquinaria, averiguar sus tendencias.  Y contemplamos que una parte de nuestra organización obsesionada vive en salir en los medios de comunicación, y otros ensimismados en la mera gestión de los asuntos diarios. Y una profunda decepción me invade, y es que ni batalla en el seno de la organización dan, ni explicaciones dan. Me he criado en la experiencia de las crisis continuas, parecer ser nuestro destino, pero muchas veces  cansa, son los mismos protagonistas, y sus continuos cantos de sirenas; y eso agota, ese ensimismamiento en el regocijo de sumirnos en caminos, que no llevan a ninguna parte, es lo que resulta detestable. No hacen ot

Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca y si al alma su hiel toca esconderla es necedad sépase pues libertad a engendrado en mi pereza la pobreza ¿quién hace al ciego galán y prudente al sinconsejo? ¿quién al avariento viejo le sirve de río jordán? ¿quién hace de piedras pan, sin ser el dios verdadero? el dinero ¿quién con su fiereza espanta el cetro y corona al rey? ¿quién careciendo de ley merece nombre de santa? ¿quién con la humildad levanta a los cielos la cabeza? la pobreza ¿quién los jueces con pasión sin ser ungüento hace humano? pues untándoles las manos les ablanda el corazón ¿quién gasta su opilación con oro y no con acero? el dinero ¿quién procura que se aleje del suelo la gloria vana? ¿quién siendo tan cristiana tiene la cara de hereje? ¿quién hace que al hombre aqueje el desprecio y la tristeza? la pobreza Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca y si al alma su hiel toca esconderla es necedad sépase pues liberta

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida