Al calor de las noticias (dieciocho de diciembre del 2016)
Vespertinas tardes dominicales, la semana que viene andaremos dándole al solsticio de invierno, en el hemisferio norte, el de verano, en el hemisferio sur, y nos vamos despidiendo de un año infausto, no tanto en lo personal, donde las aristas buenas han superado a las negativas, pero tengo la sensación profunda, que este año es el comienzo de una larga travesía en un desierto, donde una “izquierda emergente” se atisba en el horizonte, y una “izquierda sedicente” fenece en el mar de sus propias incapacidades, pero ni una ni otra me merecen mis complacencias, más bien me causan profunda tristeza, son incapaces de comprender, que sin emancipar a los oprimidos, el reloj de loa valores democráticos, que emergieron, con los valores de la ilustración francesa, andan tocando a su fin, a manos del nacionalismo, de la sinrazón religiosa, y de un capitalismo dispuesto a seguir matando cualquier esperanza, todo para él es mercancía, donde la dignidad del ser humano ha de ser mandado al cuarto