Un Lugar al Sol

Esta noche, unos pensamientos me aturdieron, eran momentos en los que mi cansancio me  invitaba a relajarme algo en la cama, deseaba que estos pensamientos a su vez descansar; pero los pensamientos son así, inquietos, no te preguntan si estas bien o mal.. En fin así son ellos. Me ocurría una cosa en ese instante, que ocurrió también en mi mi niñez,  y era cuando el profesor me “invitaba” a dar la lección, entonces si venía un golpe de tos ( mejor era una arcada de vomito), así podía ocurrir algo que hiciera que no diera la lección, pero claro si lo hacia propósito y se daba cuenta el profesor, venía la doble tortura: recitar la lección y sufrir un castigo. Al llegar tarde a casa, junto a mis  hermanas, se encontraba una mujer fascinante, con un rostro alegre y unos ojos hermosos. En los meandros de la conversación le confesé que los pensamientos, que me aturdieron durante todo el día,dejaron de existir, que se conoce que saltaron por la ventana de su compañía. Con su dulce voz ella me