Al calor de las noticias (ocho de marzo de 2015)
Permítanme una digresión, que no es tal divagación, más bien un preámbulo para expresar mi respeto al día de la mujer trabajadora, por eso hoy he realizado un apéndice, que publicaré también en mi blog, para que sea de conocimiento público, y ante tanta desnaturalización de la misma, tan propia de estos tiempos, donde lo que es puede no ser, y lo que no puede ser es; lo digo a cuenta del día de la Mujer Trabajadora, y la rabia profunda que me da que solo ocupe espacio en dos periódicos, y con un enfoque que le causa una profunda tristeza a este que les escribe (El Periódico: “El machismo de nunca acabar”; La Razón: “ Yo, mecánica”), reconociendo que lo hacen desde ópticas diferentes, los dos desnaturalizan la celebración que hacemos hoy, uno desde la reivindicación de la discriminación que tiene la mujer en nuestras sociedades; obvia, invisibiliza los padecimientos y las discriminación de la mujer trabajadora en el seno de su centro de trabajo, y que se irradia a toda la sociedad; y d