Día 8 de marzo: Día de la mujer trabajadora

Permítanme amables lectores hacer una reivindicación  del día ocho de marzo, para que sea de conocimiento público, y ante tanta desnaturalización de la misma, tan propia de estos tiempos, donde lo que es puede no ser, y lo que no puede ser es; lo digo a cuenta del día de la Mujer Trabajadora, y la rabia profunda que me da que solo ocupe espacio en dos periódicos, y con un enfoque que le causa una profunda tristeza a este que les escribe.

Yo era de los que esperaba eran noticias, informes, estudios, reportajes, discursos y debates que tratan sobre la discriminación y los déficits en igualdad de oportunidades que padecen amplios colectivos de mujeres en la sociedad, en la familia y el trabajo.

Deberíamos  conocer, de nuevo y a todo color, las estadísticas y gráficos que describen la realidad de las condiciones de trabajo y la doble carga de esfuerzo y responsabilidades en la que viven muchas mujeres en nuestro país, esperaba oír hablar de la injusta brecha salarial que padecen las mujeres en relación a los hombres en trabajos de igual valor, en muchas empresas y sectores económicos.

Y comprobaríamos, si hubiera habido noticias, que otro año más, las mujeres cargan cada día más con el empleo precario, ahora agravados por los efectos de la crisis económica, como denuncian los índices de contratos a tiempo parcial involuntario de las mujeres, debido a la falta de empleo a tiempo completo y estable, pero que pena que se invisibiliza en el día de hoy tal celebración en las portadas de nuestros afamados periódicos.

Allá por el año 1908, en el mes de mayo, un grupo de mujeres socialistas celebró en un teatro de Chicago un acto denominado Día de la Mujer; al año siguiente en Nueva York las mujeres del Partido Socialista de los EE.UU celebraron  el Día Nacional de la Mujer Trabajadora, que pretendía ser un homenaje a las trabajadores textiles que el año anterior habían protagonizado una huelga contra las duras condiciones laborales que sufrían, además de reclamar una mejora salarial y el derecho al voto.

En 1910, la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, la organización que reunía a las mujeres de la Segunda Internacional, y que había sido creada en 1907, decidió a propuesta de Clara Zetkin aprobar por unanimidad que el día 8 de marzo sería el Día Internacional de la Mujer Trabajadora;  en esta segunda conferencia, celebrada en Copenhague, estableció que era necesario luchar por la igualdad de los derechos de la mujer y muy especialmente por el reconocimiento del derecho al voto, en el movimiento obrero se iban superando las tensiones sobre el papel de la mujer en las reivindicaciones sociales, sindicales y políticas, todo gracias al tesón de infatigables luchadoras como la propia Clara Zetkin, o Rosa Luxemburgo, entre otras muchas, sin olvidar la aportación de algunos destacados socialistas como August Bebel.

La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora tuvo lugar al año siguiente, en 1911, aunque el día 11 de marzo en diversos países del centro de Europa con mítines en los que se exigieron el derecho al voto, el acceso de las mujeres a los cargos públicos, a la formación profesional y el fin de la discriminación laboral. A los pocos días de esta celebración, el 25 de marzo, tuvo lugar un terrible hecho en New York en una fábrica de camisas. Un incendio en la Triangle Shirtwaist provocó la muerte de más de 140 trabajadoras, muchas de ellas inmigrantes.

Es esto lo que celebramos hoy, querido lector, la ligazón profunda entre reivindicación de la mujer trabajadora, ligando su trayecto laboral y su trayecto en la sociedad, ni más ni menos, como verán cualquier parecido con los que algunos intentan celebrar hoy es pura coincidencia, yo sigo en la lucha, y por poner blanco sobre negro sobre la situación de las mujeres en el orbe capitalista.

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