Los olvidados
Tiempos hermosos,
donde había hermanos,
parecíamos tal cual,
invencibles
en el curso de la historia.
Melenas al viento,
sublevando
todo lo que
nuestros sueños
alcanzaban,
hasta los ríos y los mares
nos acompañaban
derribando muros
que nos parecían
El día de antes
inalcanzables.
Más un día,
Dejamos de mirar,
no supimos atisbar
los tañidos de nuestras
desesperanzas,
el ruido flagelante
de los bustos parlantes
que anunciaron
nuestras muertes,
que nos hicieron pensar
que penar
por los pesares
de los olvidados
de esta tierra desolada,
ya no era nuestro destino.
Nos olvidamos de aquellos
que sonar hicieron
las campanas
de nuestras esperanzas,
los gritos de la gente,
que escribieron
en montañas y ciudades,
páginas de nuestra epopeya,
van sonando
todas la balas
que arrinconar
quisieron
nuestra esperanza,
fenecer quisieron
a estos nefelibatas
que soñar quisieron.
Ya solo quedan gritos,
miradas mutiladas,
cuchillos que
matando van
nuestras esperanzas.
Ahí andan mis hermanos,
ocultos y silenciosos,
Escondidos en sus peñascos,
Confundidos entre ilusiones
y desesperanzas,
Sedientos como nunca
de una justicia
que un amanecer
debería guardarnos.
Éramos felices,
Pero también insatisfechos,
a mis hermanos
la esperanza
le fueron robando.
Los nuevos profetas
dijeron que
el fin de la historia
ha acontecido,
tan esperanzados fuimos,
que cruel derrota tuvimos.
esperanzas de nuevo,
para escalar los corazones
de los que perdieron
sus ilusiones;
acá andamos aún,
los despiertos, los soñadores
de los nuevos tiempos.
Comentarios
Publicar un comentario