Al calor de las noticias (Día 8 de octubre de 2014)

Toda presunción con este gobierno, mejor dicho con estos gobiernos, tanto el Central como el autonómico, puede ayudar a mejorar las cosas es manifiestamente una utopía, aparte de que no saben escuchar las críticas de todo ámbito, encima es que tiene un patrón de comportamiento que debe haber hecho un mal guionista de cine, siempre que salta un problema, algo que no puede estar bajo el control total de Rajoy, pues se producen siempre las mismas conductas, en todos los trajes siempre se rompen las costuras, algún día estos señores se les debería hacer un profundo test para averiguar sus comportamientos.

Hoy hasta los más recalcitrantes marianistas tienen que dar cuenta de los errores encadenados para que la enfermera Teresa Romero, que se infectó de ébola, mientras trataba al religioso García Viejo en el hospital Carlos III de Madrid, y que es normal ocupa hoy los titulares centrales de todos los rotativos madrileños, donde se vienen haciendo presente la mayor intensidad muchas preguntas, pero sin que hasta ahora del modo en que se contagió este virus, que fallos ha tenido en el protocolo realizado, y luego también toda la parafernalia del ingreso en un centro hospitalario, y todos inciden en la falta de información, no solo del Gobierno de Rajoy, como también del gobierno de Ignacio González, aunque leyendo un periódico, ya podemos intuir el futuro camino de este escándalo, pero vayamos poco a poco, en tanto que andan apareciendo muchas aristas.

Por ser benévolos, leyendo toda la prensa madrileña, al menos podemos decir que nos encontremos con fallos en el posible contacto con el equipo de protección contaminado, una formación inadecuada (tuvieron una charla de veinte minutos como toda formación), resulta difícil explicar que una persona que ha estado trabajando con pacientes de ébola llame en tres ocasiones para decir que se encuentra mal y que en lugar de enviarla al Carlos III, se le derive a su hospital de referencia, el de Alcorcón, donde además el aislamiento no fue estricto (todavía no se ha producido actuaciones de desinfección en el hospital de Alcorcón para limpiar bien las estancias donde anduvo la enferma, ni en la ambulancia en que fue trasladada); y también resulta difícil explicar como ha estado diez días haciendo vida normal, en el que son coparticipes las autoridades sanitarias, al día siguiente de estar tratando al enfermo de ébola se presentó a unas oposiciones se le dieron unas vacaciones, y para centrar bien la cuestión, y acudiendo a las prácticas de Medico Sin Fronteras, veremos que estamos ante la noche el día, las reglas de esta Hay que destacar que estuvo seis días con fiebre sin estar sometida a control, por lo que por propia iniciativa acudió a un servicio de urgencias convencional, lo que puede haber facilitado la diseminación del virus entre familiares, amigos o contactos esporádicos, y pienso para mi, que solo se circunscriba a esta enferma, y que no se produzca el fallecimiento, pero la sensación, y esta no es la primera vez, que se produce con estos gobernantes, dignos representantes del esperpento nacional, lo cual a uno le añade mucho pavor.

Un cúmulo de errores que han hecho saltar al colectivo de médicos y científicos de todo el país exigiendo una rápida solución para, entre otras cosas, no perder el aura de excelencia de la que goza la sanidad española, y que como ven que se las gastan estos señores, es que ahora intentarán que la responsabilidad en el error del ser humano, y como uno ha vivido experiencias parecidas, pues hoy la prensa, concretamente La Razón nos viene a dar la pista sobre ello: “Teresa se contagió de ébola con el cadáver de García Viejo”, y voy a explicarme, no quiero decir con ello que la enfermera no haya cometido algún error, pero todo ello enmarcado en esta cadena de errores que andamos poniendo de relieve, pero ahondando en la lectura es que los investigadores manejan en un error humano su principal hipótesis,

Eso si estos señores ahora nos vienen reclamando altura de miras, y responsabilidad de Estado, en el sentido que hay que mantener la calma, y que no hay riesgo de epidemia, y yo pienso para mí, pero quien ha hablado en esta tierra desolada de epidemia, es el típico ejemplo de ponerse la venda antes de que ocurra algo.

Vemos también que nada acobarda a nuestros ilustres periodistas, piden a todos responsabilidad de Estado, y que tal andaríamos con algo de responsabilidad de Estado en el Gobierno, si estos periodistas fueran sensatos, pues sería el día que pidieran la marcha de los responsables de tanta incompetencia, máxime sabiendo como se las gasta Rajoy en estos asuntos: esperar a que escampe. Todo lo que se me ocurre decir a mi es que carecemos de una ministra fiable, o mejor dicho muy mentirosa, y que es incapaz de generar confianza alguna, y ando también esperando al Consejero de Sanidad madrileño a que abre su boca, la echamos de menos, al menos para que diga cualquier burrada o alguna alegría, y luego comentarla acá tanto si es digno de elogio, como si es necesaria una crítica radical, pero por favor que se dirija a los ciudadanos de Alcorcón para darles algo de calma, aunque creo que son ellos los que viven en profunda zozobra

De resto de noticas podemos seguir diciendo que el proceso catalán sigue su curso, destacando hoy que Mas busca un sucedáneo de consulta para salvar la cara y dirigir la nave hacia unas elecciones plebiscitarias. También tiene cabida en las portadas, un día más, el 'caso Caja Madrid'. El Periódico resalta que 28 jefes de la entidad continuaron haciendo uso de las tarjetas opacas incluso después de cesar en su cargo; ABC aporta que los usuarios de esas tarjetas cobraron otros 20 millones de euros en dietas, un apunte que El Mundo amplía al señalar que algunos de los consejeros cobraban hasta 14.000 euros al mes en dietas.

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