Poesías sabatinas
Vivir sólo quiere
Soledad de una mañana de sábado,
silencios profundos en mi habitación,
soledades atenazando
este corazón desvariado.
brillando el sol esta,
pero el clima anda triste,
una angustia vital
camina sobre mi sangre,
tan vacío estoy,
como lleno también,
cuantos contrasentidos.
Sufrimiento tuyo,
También es mío,
Donde quedan
en esta tierra
La dulzura y la ternura.
Quiero ver la luz,
las velas apagadas están,
Una sonrisa me he de regalar,
Mas quien me haga sonreír,
Aun lo sé todavía,
Miro al mundo,
Ráfagas de pensamientos
me invaden,
cuanto dolorido,
vivir sólo quiere.
Amada mía te ando buscando
En estos presentes,
llenos de incertidumbres,
muchas historias te puedo contar,
donde mis relatos
reposan bajo los fuegos tremendos
que abrasan mis desiertos,
mas conocer quieres este pasado mío.
Se que debo cambiar mi vista,
me dicen que divise el horizonte,
donde se pierden mis ojos,
que camine deprisa, para tocar tus manos.
Sueño ya con el roce de tus dedos,
mil veces los sentiré,
más dolores no consiente,
este corazón malherido,
Sueño el placer
de encontrarte de nuevo.
amada mía.
luz misteriosa de mi vida,
invoco a las estrellas,
para descubrir tu sonrisa,
destinado estoy a buscar tu amor,
mas el destino forjará esta condición.
Los alientos de mi corazón,
son mi fuerza para encontrarte,
abeja fabricando la miel,
luz de tu hermosa boca,
memoria de mi vida
deseo que seas.
Palabras dulces, almacenadas andan,
en un armario de mi corazón,
susurrantes serán, placer de hablarte,
Mi boca secaría;
mis ojos serán
luna llena brillante,
avanzar así deseo
hasta el extremo de tu cuerpo,
dueño de ti, dueño de mí,
tu cuerpo y el mío.
sentir otro cuerpo los dos,
Este aventurero transitando va,
temeridad tuya me hará gozar.
calma este dolor profundo,
haz que desaparezca en este instante,
brillando la piel, que luz me dará,
brilla ya, amada mía.
Luz quebrada un día,
bella otra vez,
ilumíname la senda nocturna
de esta vida mía,
Amada día te ando buscando.
Crepúsculo
Tu brillo cruza el crepúsculo,
aire que llega
no tienes manos para apartarlo,
apenas tus pisadas diviso,
cientos de arboles
contienen tus gritos,
los pájaros ni sienten tus llamadas,
un silbido enorme
recorre el bosque,
ese mundo cambia su aspecto,
el sol se va muriendo,
maravilla sublime,
magia fascinante,
si la luz no existieran,
Las sombras muertas
también estarían,
Y hacer mecer sus luces
en la ladera de la montaña,
cuantas hierbas aparecen
a su amparo,
y que tus ojos antes no pudo ver,
mas una silueta avanza
entre sus mil sendas,
los pájaros mudos se quedarán,
ya la noche se apodera de ti,
así siempre es la vida,
la lucha del crepúsculo y el alba.
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