Día 23 de marzo de 2014

Nota introductora:

Hace unos días hice el anticipo del prologo de un libro que pienso publicar en el futuro, y por la importancia de lo que ocurrió el otro día en la manifestación del  22 de marzo, he pensado que es conveniente, que los que se acercan a este blog, conozcan mis pensamientos, y como eso será para futuro, no quiero que piensen que definitivamente quedara tal como ustedes lo van a leer ahora.

 

Día Veintitrés

Ya andamos con lo de siempre en la prensa española, tan aficionada ella a centrarse en las hojas del árbol, antes que mirarle en su totalidad, ya intuía que después de los incidentes de anoche, estos sería la noticia, y no la multitudinaria manifestación, y es que navegando, transitando por otros periódicos ajenos a nuestros grandes periodistas madrileños, uno se da cuenta que asistimos a una de esas grandes manifestaciones que se han producido en mi ciudad, y en la que estuve presente, encontrándome con personas que no creía que iba encontrar, y que alegría me dieron con sus reencuentros, fue hermosa y bella la manifestación de ayer.

Con respecto a los incidentes protagonizados por un pequeño grupo de malhechores, y ante la impericia de la policía ante tales hechos, y que tengo la convicción profunda que fueron buscados a propósito, con tal de desviar la atención, y es que en esta piel de toro entrar en el fondo del asunto, afrontarlos es cuestión que hay que evitar a toda costa, denotan la pereza intelectual de nuestra elite dirigente, y quizás sea uno de los lastres que aqueja a la prensa, y que se debe hacerlo mirar.

Y por eso da vergüenza ver como el País, otrora gran periódico, dijo que en la manifestación contra la guerra de Irak cifro en casi un millón de personas la participación, y que en esta la cifre en cincuenta mil, causa sonrojo y lastima ante su manera de valorar los asistentes, y con respecto a los recuentos oficiales, causa verdadera nausea que un día digan que en la plaza Colon y aledaños acudieron dos millones de personas, y ahora la delegación del Gobierno, ahora lo cuantifica de otra manera, pues eso nos induce a pensar que el ninguneo es su deporte favorito, y también como no, las autoprofecías cumplidas.

Y siendo así que me gustaría saber qué papel juega la prensa en la sociedad española de hoy en día, pues me gustaría hacer una reflexión que constate mi perplejidad ante el funcionamiento de esa autoprofecia neoliberal del mecanismo del mercado, y que en este caso vemos que se agota en si misma la falsedad de tal principio.

Una de esas reglas que todos escuchamos a los profetas neoliberales, es que todos nos debemos ajustar a las reglas del mercado, y el que no se ajusta a sus reglas, pues debe cerrar su actividad, pues bien vemos que la prensa española no se cumple tal principio, son muchos años de crisis ya en estas empresas, con continuas pérdidas, continuos prestamos, continuos reflotamientos, continuos despidos. Uno en lógica neoliberal, llegaría a que estas empresas deberían haber cerrado, y hete aquí que uno se tiene que hacer una pregunta ¿ Que es lo que hace que sigan existiendo?, pues bien, deberíamos acudir a que sigue habiendo periódicos en empresas con muchas pérdidas, es que hay un interés cierto en que sigan saliendo en estas condiciones, las razones de su existencia es otra, muy otra, y en mi opinión no hay otra que con los medios de comunicación ejercen un papel importante, y entre ellos los periódicos, y es la de tener influencia en su entorno social, hablando claro y que se me entienda, conformar el pensamiento de esta sociedad, hacer que tengamos una cierta actitud ante lo que estamos viviendo.

Y cuando estoy haciendo estas reflexiones me entero por la radio de la muerte de Suárez, me quedo, que aparte de servir de esa costumbre tan española de alabar una vez muerto, y dilapidarlo en vida; para mí supone que andamos asistiendo a un final de época y el comienzo balbuciente de otra, y como adivino no soy, pues no que caminos rondaremos en los próximos años.

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