Estremecimiento

Desvísteme lánguidamente
escurre tus índices ligeramente
por mi torso preñado de placer
cómeme con tu vista mis ojos,
e iré abriendo y separando de tu cuerpo la túnica
así voy abatiendo tus pechos cautivos,
que mi apetito nada te desecha,
y ellos son del deseo embajadores.
Tus pechos se abre a mí como capullos delicados
Para enjugar mi lengua en tus fresas,
descubro convulsiones en mis muslos,
un suspiro llameante en mis pechos.
No existe ya ambigüedades,
voy a ti sin impudor o timidez,
y si bien con tintura de superficialidades,
será siempre la primera vez
roza con humedad mi embocadura necesitada,
y haz que nuestras lenguas jugueteen en acercamiento,
no ha de haber quimera a lo que no consienta,
es mía la voluntad, tuyo es el trance,
en los lomo hay originales calzadas
que mi mano jamás ha frecuentado,
y de tus pulgares emergen torbellinos
que estremecen todos mis costados,
que erizan toda mi piel,
siento frágil y fina convulsión
de mis hombros mi camisa se despega
semidesnudo quedo, y encendido,
levantando mis brazos hacia ti,
deteniéndome fugazmente en tu talle,
te cercaré de arrumacos circulares,
rastreas cada rincón de mi cuerpo
en una senda abierta a todos mis aberturas,
caen mis pantalones…, al fin despojado…
qué rescate e liberación siento.
No permanece en mí indecisión ni titubeo,
sólo despreocupación…., y ardor,
están mis vistas en tus ojos fijos,
y tus manos me cubren tenaces;
dúctiles caricias causan gozos.
Pausados masajes se tornan mas frecuentes
acércate mas, envuélveme entero,
enlázame a ti, y rompe mi flor
lléname de besos todo mi ser,
para que me llegue un derretimiento voluptuoso,
quedémonos de pies, entreguémonos al abrazo mutuo
envuelve mi cuerpo con tus piernas,
introduciré mi furia con un zarpazo
sumergiendo tus habitaciones internas
murmullos de gemidos y humedades
nos dicen que ahora somos uno
como las olas en la mar.