En un día de recuerdos

Cuando la pena cae sobre mí
el mundo deja ya de existir,
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos
Para encontrar la niña que fui
 algo de todo lo que perdí
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos
Luz Casal"


Creo que esta canción, resume en un día como hoy, mi estado anímico, cuando quiero buscar entre mis recuerdos algo hermoso, algo que me satisfaga, ha sido toda una vida, buscando, a salvo de las épocas de mis niñez, donde desconoces las avatares que pesan sobre los seres que estimas, referencias quieres encontrar, luego llega esa adolescencia, en que vas adquiriendo experiencias, conocimientos, esperanzas, frustraciones, y de todo eso vas aprendiendo, fueron tiempos en que no eras capaz de comprender los sufrimientos de muchos de tus seres queridos, no sabías ni las ilusiones que tu existencia deparaba, luego, a día de hoy,  no haces  otra cosa, que lamentarte de tu inexperiencia en la vida,
En un día como hoy, a los cuarenta años de la muerte del genocida dictador, que quebró la vida de muchas personas, y que ha hecho a esta desolada tierra, que se haya situado en un filo de la navaja, no queríamos más violencias, queríamos caminar en un tiempo nuevo, pero hete aquí, que vistas las circunstancias, eso que ansiabas de una reconciliación, lo que querían ellos era el olvido de un genocidio, lo he comprendido al cabo de muchos años, que me preguntaba yo, que hemos eco nosotros, para que merezcamos tanto odio, no tengo otra explicación, que debiéramos ser sumisos a su eterna victoria, se nos dice que la reconciliación nuestra, la de unos españoles con otros, se debe basar en el  perenne olvido.
Unos se acordarán solo de ese 20 de noviembre, yo si tengo memoria de ese día, andaba en Segovia, en una ciudad de provincias, que en aquellos años se podía resumir en la opresiva presencia de curas y militares, recién levantado, ya tuve conocimiento de que ese día no iba a tener que ir al Instituto, lo cual me aliviaba en cierta manera, ese año 75 fue mi duro, sabía que de haberse prolongado un poco más en el franquismo, mis posibilidades de haber ido a la universidad eran escasas, había sido detenido ese mismo año, y una de las medidas cautelares, era que no podía irme a la universidad
Fui algo precoz en el mundo del activismo político, y tras de tres días de silencios, y muchas lágrimas en una celda, el ver el rostro de mi padre, hizo que pactáramos un sello de silencio y complicidad por el resto de nuestras vidas, yo jamás, hasta pasar muchos años, comprendí el silencio de mi padre, ahora lo entiendo su silencio, su miedo, ahora que tantos jóvenes su única ilusión es beberse la vida, el hizo un ejercicio diario de pura supervivencia de su dignidad y de su propia vida, nada que ver mi  estancia en esa celda oscura segoviana, con sus padecimientos, ahora con el paso de los años, he comprendido que no existe el dolor, existen los dolores, en su más diversas graduaciones, es cuando vas madurando, cuando vas comprendiendo el profundo dolor que mi padre tuvo que sufrir,
Recuerdo ese día veinte, vi muchas caras alegres, yo andaba alegre también, algunos incluso me dirán que pude brindar con champagne, no tenía ni años, ni sabía que era el champagne, lo nuestro en los pueblos era la sidra, en reuniones familiares castellanas, lo pasaba bien, para que negarlo, pero ese año  75 mi navidad ya no iba a ser la misma, después de mi  permanencia en una celda, de donde escuche muchos gritos, yo solo permanecía en silencio, en un profundo silencio, en ese preciso momento, de la soledad absoluta, ya decidí que jamás pisaría una misa, y fiel a esa promesa, ese mismo año, llegadas las navidades, ya empecé a sufrir lo que en parte ha sido mi vida, un ser humano que iba en busca de algo, pero no se ha encontrado.
Ese año de la detención, de mi insumisión individual en un pueblo católico a mas no poder, donde ya  empiezas a sentirte marcado, podría ser suficiente para marcarte una vida, pero luego falta el culmen  final, lo que paso ese verano del 75, mi padre, sabiendo que había pasado unos días malos, me dijo que marchara a su pueblo granadino, la muerte de Franco se hacía inminente, aya que fui a ver mi familia granadina, yo era el hijo del Nono ( apodo de los Antonios en Granada, al menos en esa parte), apenas conocida a nadie, pero era caminar por la calles, y eran besos y abrazos de mucha gente, no entendía apenas nada, total que un día me dijeron mis tías, vete a la casa de la tía dolores ( no era ni familiar, pero era de familia), y ahí es donde mi vida cambio por entero, es cuando adquirí conciencia que en esta tierra ensangrentada, había pasado algo muy grave, que mi padre tuvo que ir a un campo de concentración, que mi padre se dedicaba a darles los conocimientos básicos de la vida (lee, escribir, y hacer cuentas), que mi abuelo paterno tomo las de Villadiego, le quitaron sus tierras, su carnicería, su casa, que mi abuela se murió de pena.
Eso es lo que cambio mi vida, mi percepción, nunca  se lo dije a nadie, hasta hace unos años a mi  padre,  a raíz de la muerte de mi madre,  dos años que me ayudaron a entender a mi padre, de sus profundos de  silencios, y por supuesto de sus profundos miedos, fue en esos días, cuando me di cuenta de muchas cosas, de cuan duro es vivir, y levantarse al sonido de una estampida, cuando fusilaban a un ser humano, esas palabras de mi padre, esa constatacion de su profundo dolor, y como el habia pensado unas cosas para mi, yo en mis tiempos jovenes, ni quise saberlas, creíamos que sin experiencia del profundo dolor, del profundo miedo, ibamos a construir una España mejor, profundo error, los de los jovenes de mi época, ya me voy dando cuenta, que sin asumir el dolor, construir alegras es muy duro.
Ese año, ya verán, que para  mi , fue algo más que la muerte de Franco, debo decir que cuando esas navidades, que decidí motu propio, no ir mas a misa, la pase mal, vi que mi madre, profunda católica, sufrió mucho, y que muchas de sus amistades le indicaban el camino errático de  su querido hijo, a ella se le cayo un mundo, a mi ya se me había caído el mundo, pero ahí estuvo el señor de lo silencios (mi padre), para apoyarme en esos momentos, a partir de ahí,comprendí que el esperaba muchas cosas de mi, pero en esos años jóvenes, no sabía que el esperaba de mi, los jóvenes creía que íbamos a marcar el sentido de la historia.
Todas estas reflexiones viene a cuenta, de quenos dicen que debemos olvidar, que lo que se pacto en esos años fue el olvido, nosotros, unos cuantos rojos resentidos, íbamos buscando la reconciliación, reconociendo ambas partes nuestras barbaries, y ves que ni en esos momentos, ni en posteriores, jamas, en esta tierra desoladas, no es que algunos reconocieran como dictador a Franco, se podía esperar, es que algunos señores te digan esos seres humanos asesinados, esos  no merecen el honor de que ser recordados, a esos no se les puede recordar, y más aun, muchas veces ni siquiera, algunos de sus familiares saben que sus deudos anda por ahí
Y entonces, toda esta vida caminando por las tierras ensangrentadas, donde algunos muertos, si que saben que andan muertos, y sus restos honrados por sus vástagos, y quiero decir, desde acá, que ellos tienen derecho a llorar a sus muertos, pero por ahi andan, en estas tierras nuestras, en que muchos ni siquiera les pueden honrar, y luego te preguntas, por dios que mi abuelo perdió la vida al quitarlo todo, que mi abuela murió de pena, y lo único que pude saber  de mis abuelos (muy guapos los dos)  debieron sufrir muchos, y que  mis tías, mi padres han llevado el dolor, el profundo dolor, se conoce, que ellos si tienen que olvidar, se conoce que la reconcilacion, para ellos, no se basa, ni siquiera en el reconocimiento de mutuas barbaries, se basa solo en una cosa: asumir la derrota, me parece, que a estas altura de la vida, ya sabemos que nos derrotaran, ahora solo hace falta que algunos, unos cuantos me parece, reconozcan que en España hubo un genocidio.

Algunos me dirán que soy un rencoroso, que deseo abrir heridas, mi unico proposito es ir cicatrizando mis propias cicatrices, y si soy ejemplo, par que en estas tierrras,algun dia algunos pudieran decir algo parecido  a que hubo un genocidio, pues me daría por contento, y mas  cuando en una calle de Madrid, en vez de haber una calle a los españoles de Manthaussen, tenemos dedicado aún una calle a los caídos por la División Azul, así se escribe los paradigmas de la historia española,   pero habra que seguir caminando, y decirle al mundo, que mi padre era buen hombre, lleno de humanidad, a pesar del sufrimiento que le ocasionó el genocida que padecimos, estas son mis razones, no quiero, ni deseo ya que sean comprendidas, solo deseo que sean comprendidas, y estas son las cosa que me lleván a manifestarme contra los crímenes franquistas, que como ustedes comprenderán, para mí, es  protestar contra un genocidio.

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