Carta desde una solitaria habitación: reclamo mi dignidad

Hoy en mi resumen de noticias he mencionado un artículo de Marius Carol, director de la Vanguardia, director de la Vanguardia, en su columna diaria, que hoy sábado 25 titula “Un caso para el comisario Karithos” por razones evidentes, es lógico que para rebatir lo que se trasluce de sus pensamientos:

“Kostas Kharitos es en la ficción un comisario del departamento de homicidios de Atenas, que empezó a ejercer de policía en la Junta Militar de los Coroneles, época de la que le queda la amistad con un comunista torturado y encarcelado por el régimen de la dictadura. El personaje protagoniza las novelas de Petros Márkaris, que ha estado en Barcelona unos días, aprovechando la fiesta de Sant Jordi. Márkaris, con su ojo de cristal, su calvicie rematada en algodonada melena y su pipa humeante, podría ser el álter ego del personaje. El comisario Kharitos ha desfilado por la Atenas postolímpica, por la Grecia en crisis y por el país indignado. Simpatiza con Syriza, como el propio autor. Su última novela, Hasta aquí hemos llegado (Tusquets), nos muestra una Atenas sumida en la pobreza donde aparece muerto un empresario alemán de origen griego. Aparentemente se trata de un suicidio pero un nuevo grupo radical reivindica el asesinato.

La novela es tan negra como realista, así que resulta una buena aproximación a la situación de Grecia, país que ganó un mes más en la reunión del Eurogrupo. El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, pidió que la UE desbloqueara la parte del rescate que le correspondería ingresar y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, le advirtió que están lejos de poder llegar a un acuerdo en cuestión de reformas. El tiempo se agota y será difícil que al final no haya fumata blanca, pero Syriza necesita salvar la cara y la UE, demostrar que las reglas del juego están para cumplirse.

Kharitos debería echarle una mano a Varufakis y recordarle, como hace en la última novela, que quiebra no sólo significa la imposibilidad de pagar, sino también el declive moral. Y ni Grecia ni la UE se pueden permitir ni una cosa ni la otra.”

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Esto no es un artículo cualquiera, es un artículo donde un dulce preámbulo, se quiere dar un golpe contundente al actual gobierno de Syriza, es como un buena película de suspense, que quiere reservar para el final su golpe final, la sorpresa para el lector, que quizás, por eso revela cual es la condición del periodismo actual, que atiende solo a la inmediatez de los hechos, sin querer hacer un relato verosímil.

No quiero decir con ello que el actual gobierno no ande cometiendo errores, para mi comienza desde que no quiso pactar con el KKE, pero eso es otra cuestión, ahora lo que quiero revelar, es que la acusación que se hace es algo muy grave, tras ampararse en una equidistancia, en el fiel de la balanza, entre la UE y el gobierno de Syriza, pues comete uno de los grandes errores, veamos que es lo que pretendo decir a este periodista, que se las tiene de muy bueno, lean detenidamente el ultimo párrafo, no una vez, sino dos:

“Kharitos debería echarle una mano a Varufakis y recordarle, como hace en la última novela, que quiebra no sólo significa la imposibilidad de pagar, sino también el declive moral. Y ni Grecia ni la UE se pueden permitir ni una cosa ni la otra”.

Verán que habla de declive moral, si es que se produce la fatal consecuencia de producirse la quiebra económica del Estado Griego, atribuyendo la responsabilidad de dicha quiebra a Varoufakis, por eso rememorando las vicisitudes de Kharitos, inspirándome en él, he creído conveniente escribirle una carta a esta periodista de tronío, y no sé si tendrá algún día tiempo de leerla, o si alguien se le hará llegar, pero mi compromiso social, me exige una respuesta

CARTA A MARIUS CAROL

Supongo que usted es buen conocedor de la historia griega, de las guerras del Peloponeso, de la eterna rivalidad de Esparta y Atenas, de aquel gobernante ateniense llamado Pericles, somos una pequeña, una ínfima gota de agua en medio de este globo terráqueo, pero esta Grecia dejó un gran legado a la humanidad, el helenismo, esa Helax que dejo como legado grandes matemáticos, los grandes maestros del teatro, grandes poetas, filósofos, en fin no quiero mencionar sus nombres, seria hondamente prolijo.

Roma nos hizo suyos, pero conservó en cierta manera nuestro legado, hasta que unos señores trajeron vientos nuevos, que fueron transmutando todas nuestras fiestas, todo nuestro legado, y con el poder de diferentes gobiernos fueron arrasando todo vestigio del pasado heleno, de todo lo que nosotros entregamos a la humanidad, para que de nuestros fallos y nuestros aciertos, tuvieron su bagaje para el encuentro del ser humano consigo mismo.

Y los tiempos fueron transcurriendo los siglos, y llego el siglo XX, cuya primera mitad fue testigo de una de las grandes barbaries de la humanidad, la segunda guerra mundial finalizó para muchos europeos, pero para desgracia de los griegos seguimos en guerra hasta el año 1950, y hablar de vencedores y vencidos en una guerra, usted lo debe saber es pura maldad, todos salimos perdiendo, pero unos más que otros, y es que los vencedores siempre se creen con el sempiterno derecho a decir que ellos son los buenos.

Veo que usted hace mención al dictadura de los coroneles , por lo que no me extenderé en la implicación americana y la participación del monarca en un golpe de estado con una democracia fuertemente restrictiva, luego ya vino la república, en la que fueron alternando los gobiernos de Papandreu y Caramanlis, todo parecía hermoso, nuestra entrada en la Unión Europea en 1981 supuso efectivamente que las fachadas fueran otra vez hermosas, pero las elites de nuestro país, las económicas y las políticas se dedicaron a sembrar la semillas de la depravación moral de la que usted habla en su artículo, en las que afamados dirigentes europeos nos echaron una mano,

pero que ha sido nuestra soga al cuello, hablar de las cuentas aprobadas para nuestro ingreso en el euro, muestran ya nuestra depravación y vuestra depravación, todos participaron con sumo agrado de esa orgia de cuentas falsas, y los grandes bancos europeos con gran regocijo, nos fueron alimentando como si fuéramos un buen cerdo, para luego hacer una buena matanza, de todos estos lodos vienen señor Mario nuestro callejón sin salida, nuestra quiebra, nuestro declive moral.
Si usted ha leído la novela, verán que la depravación se ha asentado sólidamente, pero un día dijimos hasta aquí, y de ahí nació el impulso de Syriza, que es más que una organización, es un grito contra la barbarie, ya se de antemano, que van a cometer muchos errores, pero ellos son la última barrera de preservar la ágora europea en estas tierras, se le debemos a nuestros antepasados atenienses, y como queremos evitar un maremoto, que no sólo se llevará por delante a los griegos, también se llevara por delante al sueño europeo.

Ustedes, fieles a la tradición cristiana, nos andan exigiendo penitencia por nuestros pecados y actos de contrición, no queremos ya pertenecer a esa tradición cristiana, nosotros somos del legado helenista, y venimos a pedir dignidad para nosotros, con la evidencia que si nosotros conservamos unos cuantos gramos de dignidad, los europeos conseguirán no perder tampoco la suya, la barbarie de los que llevan nuestros destinos nos han instalado en este pequeño rincón del mundo, testimonios suficientes tenemos estos días de esta barbarie, donde el Mediterráneo se ha convertido en el mar de los muertos, quizás por eso le venga más en cuenta ya lanzar su grito de “hasta aquí”, se andan apresurando a cambiar un poco las fachadas, pero ya ustedes andan inmersos en ese declive moral, y parece que en el corto plazo nada indica que se cambiará ese rumbo.

Haría bien usted en escribir una carta a los hombres de Bruselas y a esos seres invisibles que nos gobiernan, una carta que les explique lo que supone Grecia, lo que supone el helenismo, todos deberíamos saber que el sueño europeo anda agonizando, y si cortan una parte de sus venas, o sea las nuestras, no le quepa duda que ustedes se verán manchados por ella, no intente buscar culpables en nosotros y o en ellos, todos nos hemos atado la soga al cuello, dígales también a la corte de aduladores que pueblan los muy diversos territorios europeos, que no es tiempo de encontrar culpables, sino de salvarnos entre todos, el declive moral recorre Europa de norte a sur, de este a oeste, en cualquier rincón, y explíquele ya de paso que de nuestra tradición helenista se pueden encontrar mejores herramientas para no acometer el suicidio europeo, que en vez de acudir a la tradición cristiana, ya que su lógica económica suicida es heredera plena de dicha tradición, ya son muchos años de promesas de un paraíso que venimos esperando, y no es que hayamos pasado unos años, es que llevamos ya sometido a dicha barbarie unos cuantos lustros

Se despide atentamente, y si me muero yo, pues como decía su paisano, quiero que “mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos, y amarillo a la genista, cerca del mar, porque yo nací en el mediterráneo”, y como quiera que seré camino, supongo que a algunos que andarán esos caminos, les llegarán los susurros para recobrar la dignidad que estos tiempos bárbaros nos han quitado, sin más, y esperando que entre todos paremos la barbarie que andamos viviendo.

No sé si esta carta le llegara a su destinatario, no está dirigida a él exactamente, está dirigida a todos lo que reclamamos dignidad para todos los seres humanos, en sus hogares, en sus calles, en la relaciones del hombre con las mujeres, en las relaciones con la naturaleza que nos rodea, en el seno de nuestros centros de trabajo, siento que ya hemos perdido muchos jirones de nuestras piel en estas últimas décadas, se trata de decir “hasta aquí hemos llegado”, y construir un mundo mejor en todas las situaciones que hemos descrito hace poquito, y cuando digo todas, digo todas, es por eso que digo que soy emancipador.

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