Un poema para la esperanza

La fuerza de mi vida

Andamos pavorosos en esta ciudad,

buscando la paz que no encuentro,

dejando atrás vas dejando tus miedos,

puros sueños me embargan,

de una vida por vivir.

Vivimos como esclavos,

otros deciden nuestro destino,

conscientes no somos

semejante esclavitud.

Maldiciendo muchos la ciudad

vidas en otros sitios se pueden hacer,

más tu condena, tu vida es,

habitantes malvados

en todas partes hay.

Los dueños de tu vida,

Amos son de todo le mundo

Sobrevivir es el signo

de nuestro mundo.

Tiempos de sobras, tiempos de hedores,

millones se sienten fracasados,

demonizados somos

por los grandes triunfadores,

apestados somos, Invisibles somos,

sujetos de su desprecio y su risa,

mas ellos mismos saben

que llevan el germen de su perdición,

Las ciudades son malditas,

así lo deciden,

Maldición tenemos, esperanza llevamos,

Aquí me tenéis, dioses de este mundo,

Apestado, despreciado y dolorido,

Todo lo he perdido,

mas dignidad poseo,

parea gritar que hombre soy,

lleno de esperanza,

supervivencia es

el arte de mi vida

condena y triunfo

de la mano me llevan,

reclamando voy,

el derecho a vivir en paz.

Extraña sensación de vida

cuando es para nosotros,

que el trabajo es mi condena,

al tiempo es el triunfo

de nuestra esperanza,

mi resistencia es un triunfo,.

Versos, palabras son

El grito contra la maldad,

Conciencias envenenadas

turbado me tiene,

de donde sale mi fuerza,

cuando mas amarga es la vida,

El brazo de tu compañero,

El mejor regalo de la vida

No necesito ya casas,

Ni mucho dinero,

vivir en paz es lo que quiero,

con un poco de dignidad.

Consejos, ánimos en la vida encontré,

Grito a la ciudad su cruel destino

Este despojo humano,

Reivindicando va

su dignidad,

La fuerza de mi vida

Mis compañeros son.

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