Orden social y meritocracia

Hace algunos años Einstein realizo algunas reflexiones interesantes, vean a continuación su reflexión en su articulo ¿Por qué el Socialismo? :

“La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. (…) El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. (…) Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. (…) Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?”.

Pues bien ahora en esta encrucijada histórica nos enfrentamos con el enorme reto de afrontar el reto denunciado por Einstein en el escrito se ha confirmado en toda su extensión, y el problema que el veía en una economía planificada se ha traslado a las sociedades capitalistas avanzadas, es decir se ha constituido una burocracia todopoderosa y arrogante, y andamos ahora en la tesitura de como garantizar espacios democráticos frente al poder de esta burocracia, autentica depositaria del poder en esta etapa del capitalismo, y bajo cual barniz sobre la que se basa en que justificar su posición de prevalencia lo hacen sobre la base de la meritocracia, por eso he realizado los siguientes extractos del libro de Owen Jones, Chavs: La demonización de la clase obrera,sobre que es la meritocracia, como legitimadora del actual orden existente:

 “La nueva Gran Bretaña es una meritocracia”, declaró Tony Blair cuando llegó al poder en 1997. Si el nuevo laborismo tuviera una religión oficial, seguramente sería la meritocracia. Pero hay una oscura ironía en cómo se empezó a alabar este concepto. La “meritocracia” no se concibió originalmente  para  describir  una  sociedad deseable. Lejos de eso, debía alarmar ante aquello en lo que podía convertirse Gran Bretaña.

Michael Young, que escribió el Manifiesto laborista de 1945, acuñó la expresión en su libro de 1958, El triunfo de la meritocracia . Como explicó posteriormente, era “una sátira concebida como una advertencia (que, huelga decirlo, no se ha tomado en cuenta) contra lo que podía ocurrirle a Gran Bretaña entre 1958 y la imaginada revuelta final contra la meritocracia en 2003”. Avisó de que
sus consecuencias supondrían «que los pobres y desfavorecidos serían despreciados, y de hecho lo  han  sido…  Desde  luego  es  duro,  en  una sociedad que valora tanto el mérito, que a uno lo juzguen como sí no tuviera ninguno”.

En  una  meritocracia,  los  que  poseen  más “talento” ascenderán de forma natural hasta la cúspide. La jerarquía social se conformará así en función del «mérito». La sociedad seguirá siendo desigual, pero esas desigualdades reflejarían diferencias  de  capacidad.

Si el camino sancionado oficialmente para mejorar tu suerte en la vida es convertirte en clase media, ¿qué hay de la gente que se queda atrás? Claramente no todo el mundo puede convertirse en un profesional o un hombre de negocios de clase media: la mayoría debe seguir realizando los trabajos en oficinas y tiendas que la sociedad necesita para seguir funcionando. Al insistir en que hay que evitar estos trabajos en vez de mejorar sus condiciones, terminamos descalificando a los que siguen en ellos. Despreciamos a los cajeros de los supermercados, a   los   limpiadores   y   a   los operarios  de  las  fábricas,  vagos  que  no  han logrado ascender  por  la  escala ofrecida  por  la movilidad social”

Y esto a que nos ha llevado, como  analiza, en su esplendido libro, la situación social en  Inglaterra, se ha producido el siguiente efecto:

Ha habido una visión general consistente -y está  pasando del  concepto  de  “clase”  al  de  “exclusión”- en que la exclusión en cierto modo sugiere que «me estoy excluyendo a mí mismo», que hay un proceso, que mi comportamiento tiene una réplica exacta en mi estatus social. La clase social  es  algo  que  viene dado. La exclusión es algo que me sucede y en lo que de alguna manera soy un agente. Así que, sí, creo absolutamente que había un sentimiento no de que se debería culpar a los pobres por ser pobres, aunque también había algo de eso, sino de que la pobreza era un proceso en el que la gente  participaba de un modo u otro… no el mero resultado de grandes fuerzas sociales impersonales.”
”No es solo la fetichización de las demandas de los ricos y poderosos lo que ha vuelto caso invisible a la clase obrera.El ascenso del multiculturalismo  en  una  era  en  que  se  estaba abandonando el concepto de clase hizo que la desigualdad empezara a entenderse casi exclusivamente a través del prisma de la raza y la identidad étnica. Gillian Evan, eminente antropólogo y experto en clases sociales,sostiene que  mientras  “se  decía  que  la  lucha  por  la
igualdad de clase había sido o bien aplastada o bien vencida, dependiendo de la perspectiva de la cada cual”,
la batalla por la igualdad racial continuó a través del multiculturalismo. “Entonces se vio a los negros y asiáticos luchar por un mayor respeto  étnico  y  cultural,  y  este  ha sido,  en términos  relativos,  un fantástico  movimiento  de resistencia que hay que alabar”.

“Sin embargo, puesto que el multiculturalismo se convirtió en la única plataforma reconocida en la lucha por la igualdad, Evans afirma que, por un lado, no  admitimos  «la  existencia  de  una  clase trabajadora multirracial» y, por otro, que la clase trabajadora  blanca  está  obligada a concebirse como un nuevo grupo étnico con su propia cultura distintiva.”

¿Verdad que tenemos aquí el mismo problema?

Acabo de empezarlo a leer, pero me esta apasionando su lectura, y creo que le sacare un buen jugo, y de orden importante en nuestras próximas batallas, y que me reafirma en uno de mis constataciones de los últimos años, o hacemos visible la clase obrera, y que el radical conflicto entre empresario y trabajador es la verdadera explicación del fondo del problema, solo si logramos que se visibilice, habremos logrado un importante avance, y visibilizar no es solo levantarle el velo (que de echo seria todo un avance), pero con la obligación implícita de decirles que nuestra lucha es por transformar este orden social, que son ellos al poner en marcha la democratización en el centro del trabajo ( y aquí es donde serán protagonistas los sindicatos), y   que desde esa lucha, es como podemos avanzar en el reconocimiento de los derechos sociales,  a los que habrá que proteger de una nueva manera, al igual que los derechos individuales, y tengo la convicción que si sabemos dar este paso, habremos tomado al fin la rampa del despegue de la izquierda emancipadora que deseamos ser. 

 

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