Dos amantes
Se ven oscuridades en tu habitación
y en el lecho de nuestro gozos
estamos encendidos, satisfechos
atados por el lazo vivo de dos amantes,
lengua con lengua, pezón contra pezón
Ese lazo nos comprime más,
cabriolean nuestros dedos trastornados,
el aliento se embelesa en unos instantes
trastornándose nuestra trabazón sexual
anarquía de telas y cabezales
y ese olor, ese perfume de cuerpos ebrios de goce
y en el lecho de nuestro gozos
estamos encendidos, satisfechos
atados por el lazo vivo de dos amantes,
lengua con lengua, pezón contra pezón
Ese lazo nos comprime más,
cabriolean nuestros dedos trastornados,
el aliento se embelesa en unos instantes
trastornándose nuestra trabazón sexual
anarquía de telas y cabezales
y ese olor, ese perfume de cuerpos ebrios de goce
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